González Panero carga contra las altas esferas del PP en su declaración en el juicio Gurtel

Por segundo día consecutivo, el que fuera alcalde de Boadilla, Arturo González Panero ha declarado ante el juez de la Audiencia Nacional en el marco del caso Gürtel, por los presuntos contratos amañados en su etapa como edil del municipio.

Como ya confirmara en su escrito de aceptación de los hechos, una semana antes del inicio del juicio, Panero ha reconocido su participación en la trama, adjudicando contratos a empresas afines. En sede judicial ha asegurado que seguía directrices del partido, concretamente, del presidente regional del Partido Popular, Pío García-Escudero, incluso, ha llegado a precisar que recibió llamadas de Moncloa para mediar en asuntos municipales: "Adjudicaciones no, pero sí nombramientos". 

En cuanto a la financiación de las campañas electorales populares, ha asegurado que se gastaron importes superiores a los permitidos por ley, mediante "pagos en b" o facturas que eran abonadas por empresas afines que conseguían contratos con el consistorio.

Igualmente, ha especificado que se organizaron "actos y eventos" con la participación de Esperanza Aguirre, para vender la gestión popular al frente de la región, en fechas próximas a los comicios autonómicos, como la inauguración de la M-50, o el encargo de un video que se encomendó a "un periódico" para que pareciera "independiente", evitando que el mismo estuviese producido por el Ayuntamiento de Boadilla o por el PP. 

Sobre este aspecto ha querido incidir el ex alcalde asegurando que la dirección regional era conocedora de las actuaciones irregulares que se estaban llevando a cabo desde Boadilla del Monte.

También ha relatado Panero el tipo de relación que mantenía con Francisco Correa, líder de la trama, que le aleccionó para "vender" Boadilla del Monte como un municipio "importante": "Me dijo que tenía que vestir mejor de lo que vestía. Le acompañé a una camisería donde compramos camisas para mí", ha declarado, asegurando que Correa quería que dejara de lado la mentalidad "de pueblo".